About Lucía Gómez / Sobre Lucía Gómez
ARCHETYPAL EXPRESSIONS
The art of LUCíA GÓMEZ is part of a rich tradition of non-objective painters who have striven to express a spiritual dimension in their work. This tradition reflects a conception of the world that prominently includes contemporary expressions of spiritual quests and responses that have drawn from a wide variety of philosophical and spiritual currents, including Eastern thought and disciplines such as yoga, which have gained adherents all over the world.
Within this tradition, painting is viewed and practiced as a product of an introspection that involves both meditation and revelation – a quest that is analogous to life itself. In the midst of the chaos of a material world in constant flux punctuated by an unending succession of events, Ms. Gómez instead seeks unity and transcendence via an exploration of her inner world. This process leads to a convergence of artistic and spiritual aspirations; a world where the heretofore invisible becomes manifest, and where the reality that lies behind mere appearances emerges into the light.
A distinctive feature of the paintings of Lucía Gómez are what are known as ARCHETYPES – ancestral symbols that are common to all cultures, present in nature, and rooted in the subconscious of each and every member of the human species. Such archetypes are the tools with which Ms. Gómez constructs allegories of her personal journey and search for unity. The dichotomy of light and darkness is a key element of this quest, and her compositions are based upon a spiriform progression toward a center of clarity that features basic geometric forms. These forms constitute transformational passages – thresholds where, via a delicate play of opposing forces, geometric order complements the fluidity of the lines, textures and, in some instances, the figurative and abstract elements of the painting process.
Her approach is not based on some rigid predetermined structure, but instead reflects the spontaneity of automatic drawing that is responsive to the need for internal expression and catharsis. These needs are not harnessed for the purpose of exercising control, but instead to unleash the artist’s vital fluidity, thus achieving an esthetic and emotional harmony.
Ms. Gómez’s paintings elude any kind of rigid designation of meaning, and instead allow for multiple interpretations. For viewers, her paintings can also be seen as contemplative thresholds, channels that connect with a universe that transcends the banal and temporal world of everyday life. This is art that constitutes a medium for interaction with life itself, and specifically in reference to each individual’s own journey and self-conscience. It is for this reason that the narrative within her works is capable of giving rise to not merely one single story and yearning, but rather the stories and yearnings of each individual who contemplates her paintings.
Natalia Vega
Historian and Art Critic
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EXPRESIONES ARQUETIPICAS
La obra de LUCIA GOMEZ hace parte de una rica y continua tendencia de la pintura no-objetiva interesada en expresar una dimensión espiritual en el arte. Esta manifiesta una concepción del mundo donde están presentes aspectos contemporáneos de espiritualidad que reflejan multiplicidad de búsquedas y respuestas que se han nutrido de corrientes filosóficas y espirituales heterogéneas, entre ellas el contacto con tradiciones orientales y prácticas como el yoga que han penetrado la cultura global.
En este caso se considera la práctica de la pintura como un proceso de introspección meditativo y revelatorio; un viaje de búsqueda análogo al de la vida. Confrontada con el caos de un mundo material en flujo constante y cargado de incidentes, la artista explora su mundo interior y procura reconstruir unidad y trascendencia. La resolución de este proceso resulta en un ámbito donde lo artístico y lo espiritual convergen, donde se visibiliza lo invisible, y se manifiesta una realidad profunda más allá de las apariencias.
Las pinturas de Lucia Gómez se expresan articulando ARQUETIPOS --símbolos ancestrales comunes a todas las culturas, presentes en la naturaleza y arraigados en los subconscientes individuales. Con ellos construye alegorías de su viaje personal y búsqueda de unidad. Priman las dualidades de luz y oscuridad, las composiciones basadas en la progresión del espiral en búsqueda de un centro de claridad y las geometrías primarias. Ellas constituyen umbrales, pasajes de transformación donde en un juego de equilibrio se reconcilian opuestos conjugando el orden de la geometría con la fluidez de la pintura, línea y textura, y en ocasiones lo figurativo y abstracto. Su proceso no se basa en una estructura rígida preestablecida; en él está presente la espontaneidad de trazos automatistas que obedecen a la necesidad de expresión interna e impulso de catarsis con los que no intenta controlar sino acceder a la fluidez vital, logrando sincronía en la expresión estética y emocional.
Estas pinturas resisten un significado rígido y permiten pluralidad de acercamientos; para el espectador se constituyen también en umbrales de contemplación, canales que conectan con un universo más allá de lo mundano y de lo temporal. Ellas disponen un campo para interacción con la propia vida, el propio camino y la conciencia de sí mismo, por lo tanto, su narrativa tiene la capacidad de desplegar no una sola historia y un deseo sino el de cada uno.
Natalia Vega
Historiadora y crítica de arte